Tanto Sánchez como Feijóo llegaron a su primer cara a cara en el Senado con el compromiso de bajar los decibelios y la «crispación» que ejerce el contrario. Pero, en el fondo, la cordialidad entre ambos líderes se remitió únicamente a un fugaz saludo antes de entrar en materia. El propósito de «buenas formas» no evitó que el líder popular hurgase en la debilidad …